13.3.14

#42 · Y eso que todavía no ha empezado la primavera

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Hoy vi una película preciosa. Orensanz, se llama. Alguien —nadie importante para nosotras, ni para la directora, Rocío Mesa, a pesar de ser el artista de quien habla— dijo algo sobre lo mierda que es todo ahora. Y la crítica que venía a presentarla, Déborah GSM, le contestó que no, que el mejor cine se está haciendo ahora. Hace tres semanas, cinco de las personas que mejor escriben en español sobre música —Patricia Godes, Grace Morales, Víctor Lenore, Isidro López y Roberto Herreros— presentaban sus libros acerca discos de los ochenta. Alguna de ellas dijo que ahora no hay grupos buenos en Madrid. Dos álguienes del público se revolvieron y les vinieron a decir que no tienen ni idea.

Lo que está pasando ahora en esta ciudad es la hostia.



El Madrid de la CT [Cultura de la Transición] agoniza, se muere. Un día lo dijeron en El País, y les respondieron las gentes listísimas del Observatorio Metropolitano que a nosotras nos importa una mierda ese su Madrid. Y en los medios dispersos y fragmentados que habitamos, en nuestros muros y líneas de tiempo, les decimos día tras día que Madrid está efervescente, desbordada, desbocada con miles de cosas y proyectos e historias y personas interesantes y maravillosas.


Sé de cuarenta grupos chulos pasando ahora en Madrid, entre ellos los que inserto en este post. O que salen recopilados en reportajes como este que habla de "el nuevo pogo". Yo el pogo nuevo que mejor conozco es el pogo feminista que practicamos duro en Ladyfest Madrid 2013. Fue una exploración de año y pico durante la que imaginamos "las fiestas del mundo nuevo" y aprendimos que:
El largo proceso de producción de este festival ha coincidido con el auge de diversos movimientos y espacios de cultura autogestionada en la ciudad que también apuestan por dejar atrás un "viejo mundo" que se ha probado insostenible no sólo en términos económicos, sino ideológicos, sociales y de disfrute. Ladyfest no se ocupa únicamente de denunciar las fiestas y culturas del ayer, en parte generadoras de nuestra precariedad actual, sino de imaginar las de hoy como si fueran las del mañana, de dar por hecha la posibilidad de toda una alteridad de contactos libres. [...] Nuestro deseo es que estas formas sigan siendo posibles y cada vez más sostenibles gracias al contagio a unas redes de gente mucho más amplias. Creemos que lo estamos consiguiendo. [Y por eso nos hemos disuelto y ahora invitamos a otra gente a leidificar según gusten]
Yo miro aquí por mi ventana y veo a un tipo que se llama Raúl Querido, tan inquieto que no puede parar de hacer canciones y conciertos. Le veo encendiendo hogueras con El Pardo, furiosas pero siempre tan majas, sonriendo cabreadas. Veo a más grupos que le han perdido el respeto a hablar de política. Y no digo que tenga que estar todo el mundo hablando de política todo el rato, qué aburrimiento, sino que es hora de que hablemos de lo nuestro; por ejemplo, de qué cultura queremos, o de cómo nos vamos a sacar de encima a los fantasmas de los noventa.


Estoy de acuerdo con este texto que viene del epicentro del andergraun de Carabanchel cuando dice que lo importante, a la hora de valorar políticamente, es el cómo; y entonces me encantar leer el blog de Le Parody, en el que va explicando las decisiones que tienen que ver con cómo nos hace llegar su música. Con sus contradicciones, sus dudas y sus vulnerabilidades. Porque no somos superheroínas, pero hemos decidido hacernos cargo de nuestros bailes, vivirlos con cuidados colectivos y autonomía.


Pienso en un festival hecho con tanto cariño como el Madrid Popfest. En cómo de amable lo hacen en La FonotecaMadrid Radical y La Resistencia. En esos mails promocionales que llegan todas las semanas deseando ante todo un buen día. En sitios autogestionados como Vaciador34 o el Patio MaravillasLa Lenta o Cruce, de muy diverso pelaje pero que comparten la características de que una querría quedarse a vivir para siempre en las colas de sus baños.


Pienso en sitios donde se baila fuerte y duro, o donde se aprecia la música de manera verdaderamente bella, en muchas de las más felices de las veces escapando de los dictados del buen gusto de las revistas-macho; como, por ejemplo, las pinchadas de Ecos del gueto, o las raves de Abismal.



También importa, y mucho, cómo (nos) contamos lo que hacemos. Está desde hace año y pico el Seminario Euraca investigando de lenguas & lenguajes & lenguajeos. Le ha salido un spin off que se llama Las Voces Salvajes, más centrado en la crónica, en buscar formas de narrar este nuestro mundo nuevo. Eso lo necesitamos. Y necesitamos gente que quiera hablar de las cosas que les gustan con pasión y decisión, como Fuego en la nevera y Todo lo contrario y Unicorn Collective; y soy muy fan de ellas. Y de la horda de fanzines feministas; sean sonoros, como Sangre Fucsia, o gráficos, como Una buena barba. O los que se exhiben en Chavalas zine (aquí me he salido un poco de Madrid, pero ya se sabe que a los fanzines les gusta viajar por correo). De declaraciones de principios como las del ezine Visual404:
De amar lo audiovisual, de amarlo todo con la intensidad que desgraciadamente estamos perdiendo en favor de un asqueado academicismo. [...] Actuaremos sin contemplar la contención en los elementos que nos identifican porque esta es una conversación con un amor adolescente joven e inexperto, el cine.



Y, ya que me estoy desviando de la música pop hacia saberes indisciplinados en general, celebro que esté naciendo la Universidad Libre de Madrid, donde gente que ya no cree en las carreras académicas comparte lo mucho que sabe sobre temas que no caben en Bolonia. Me siento hiperafortunada de cruzarme en estas fiestas, y además en asambleas, a la gente más lista: "think tanks del abajo" como Traficantes de Sueños, que se cuelan en TVE explicando cómo comparten nociones comunes; o a Silvia Gil hablando de dejarse tocar y afectar políticamente; o a Carolina León practicando y analizando la potencia de las retaguardias; o a grandes másters que hacen humor "sin pensar con el cipote" como SinsentidocomúnLuz Hilda. La suerte de que haya existido y siga existiendo un proyecto como Sexo Hípster, para pensar horizontalmente cómo quererse y follarse bonito, sin hacerse daño ni norma. Gente que una se va cruzando por ahí y con la que, de repente, un día estás pensando, fijaos qué cosa más loca y más grandilocuente, cómo pelear una democracia.



Porque por todos lados me cruzo y me rozo y me toco con gente que ya no se va a conformar con ese Madrid que añora El País, el del ocio paisemanalizable (dra. Schmidt, qué hermosa eres). Gente que nunca creyó en él, o a la que se le ha roto el colchoncito de la clase media y ahora ya ni puede ni quiere volver a lo limpito, lo correcto, lo ordenado. Gente abollada, degeneradx, que practica el terrorismo lingüístico y otras desobediencias, que salta el torno del metro, que me deja entrar gratis al cine donde curra porque me vio en la plaza o que programa a sus grupos amigos en salas donde lo prioritario no es el beneficio económico. Gente besable.


Alguna de esta gente sale o colabora en las páginas de culturas del periódico Diagonal. Un medio de comunicación comprometido con romper esta CT, la de los cerebros en blanco y negro, la de la masculinidad cuñadista. Yo trabajo y milito ahí, y es un orgullo. Íbamos a hacer unas fiestas y le pregunté a Paula a veces aka taco de raya si quería pinchar. Me vino con esta maravilla que ha querido llamar Conéctate linda (jueves 13 y 27 de marzo, de 23 a 3h en el bar La Huelga, c/ Zurita, Lavapiés) y que va de esto:
Música pop & electro hecha en América latina: el hackeo de la cultura occidental ¿hípster? desde las escenas panhispánicas quiere aportar a la ciudad de madriz bailes cuerpos amores géneros y sensibilidades poco sondables en el indie CT made-in-spain.
Yo le tengo fe a estas fiestas, creo que van a ser encuentros de gentes que merecen conocerse. Gentes que le tenemos fe a esta ciudad.



Estoy mezclando miles de cosas. Me falta rigor analítico. Y el 90% de las personas que salen en este post son mis amigas. Pero es que mis amigas son la hostia. Y me acuerdo de una escena: el quince de mayo de dos mil once salimos de ese sitio mágico que está en Carabanchel hacia Cibeles. Íbamos a una mani cantando "Madrid se quema, se quema Madrid". Estábamos convencidas de que íbamos a acabar detenidas o heridas aquel día. Pero no pasó exactamente eso. Tres años después, nuestra amiga Sole aka Le Parody sale contando estas cosas en el mejor programa de TVE. Ese que también lo hace gente amiga. Pusimos el cuerpo y ahora, este catorce, las cosas van encajando y, mientras suena cric-crac, sé que estamos ganando nuestras apuestas. La mía la hice justo ahora cinco años, un finde en que bebí muchas mahous y decidí mudarme a Madrid...



Este post se podría interpretar como un mapa o un directorio. Pero no os creáis que os lo he enlazado todo. Esta misma noche han llegado a mi mail tres maravillas: una canción pop que podría matar a un señor blanco y negro, un collage de spoken word como para parar una hemorragia y un manifiesto de política autoficcionada que te carga de hamor para escribir una constitución nueva. Aún no se han publicado. Yo sé de un montón de cosas que aún no se han publicado. Tú también. Porque tú también le tienes fe a esta ciudad y a su subsuelo, a pesar de que la frecuencia con la que pasan por él los trenes sea cada día más desesperantemente amplia.


Prefiero que este post lo interpretéis como una carta de hamor.

Mil gracias por girar, por molar así de bien y así de tanto, a toda la gente bonita que vivís y hacéis aquí y ahora este Madrid.


Esta foto es de La plaga de baile que montó Chico Trópico en Ladyfest Madrid en junio de 2013. Detrás de la cámara, Julio Albarrán, aka el DJ del futuro; delante, músicas interesantes como Sef y FranMM. Yo me perdí ese momento, pero ya no me voy a perder más.

16.2.14

#41 · 2012 existió y, oh, me gustó

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Por razones que podemos despachar en este blog diciendo "uff, movidas", esta entrada estaba guardada como borrador y había seis playlistas aparcadas en mi disco duro. Hace ya un año, o, más bien, creo recordar, nueve o diez meses que la di por concluida. Hoy me acordé y me entró una especie de ansia de justicia histórica: si bien es verdad que, en su fecha adecuada, publiqué un ejercicio de síntesis de 2012 en Diagonal, tras tantos años contando mis favoritas en este blog se me hacía bien feo romper la cadena. Ahí van, pues, los ochenta y pico discos que me fliparon de hace ya tanto tiempo que ni tú ni yo éramos las mismas personas.

Pero antes del salto, la imagen que resume mi año doce: tristura esperanzada con Nacho Vegas cantando en el quinto aniversario del Patio Maravillas (todo tipo de "uff, movidas").




20.1.13

#40 · Machismo indie: Perdiendo tiempo en las cosas que nos importan

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¿Se puede ser más cretino que el community manager de Rockdelux? Lo que nos viene a decir: "No voy a dedicar diez minutos a argumentar mi discrepancia desde mi pedestal, pero que sepáis que sois unos mierdas". La mujer que hace música como Le Parody, que tiene más elegancia y paciencia que yo, explica así este tipo de reacciones:



Disclaimer: la cuenta de Diagonal en Twitter la gestiono yo. Respondí invitando a que se debata donde cabe el debate, en el que no creo que deba entrar yo desde la cuenta del medio para el que trabajo. A la persona que gestiona la de Rockdelux tampoco le había visto antes entrar en polémicas, pero ayer perdió un rato va ya por el segundo día vacilando a quienes le critican y retuiteando réplicas que le dan la razón.

En fin, una anécdota, un gancho sin más para comenzar un post, ¿no? Pues no. Estoy cansada de "anécdotas".

Disclaimer 2: soy una de las autoras del artículo.

He leído miles de reacciones. En los comentarios del artículo (los hemos publicado todos excepto los que insultan - "feminazis" y tal - sin ningún tipo de argumento, se puede ver cuántos ha habido así restando el número de publicados al total de la numeración), en Twitter (recopilación no exhaustiva aquí), en Facebook... Por allí llegó a un grupo de fans de Los Planetas, el contingente más beligerante. A eso intenté contestar en el comentario 29. Y lamento no haber escogido otros ejemplos más claros. El de Jenesaispop de tampoco es bueno, porque se puede replicar que también hacen un top con chicos.

El reportaje tiene muchos fallos. Algunos son consecuencia del proceso: fue escrito tras un intercambio de más de 300 mails (no exagero) entre las diez personas que lo firmamos. Se armó un resumen en un documento colaborativo y a todas nos pareció bien firmar colectivamente, aunque faltan un montón de matices y encuadres que sí salieron por mail. Hace malabarismos: queríamos ofrecer una introducción al debate que tocara muchos ámbitos, a la vez que se publica en un medio no especializado en música pop... aunque la gente que lee habitualmente Diagonal tiene cuestiones básicas de género mucho más claras que la media de la escena indie, por lo que hemos podido comprobar. Y también tiene fallos porque no somos brillantes, o no estábamos brillantes ese día, o no tenemos ni idea, quién sabe (y eso que algunas de las firmantes hasta escriben o han escrito en Rockdelux... nótese y celébrese que hay gente trabajando en esa revista que tiene más dedos de frente que quien lleve el tuiter).

En qué nos fijamos y por qué

Lo que más me inquieta es que en el reportaje haya testimonios de ocho mujeres con experiencia en la escena musical que dicen haber sufrido situaciones machistas y prácticamente nadie hable de ellas. Que Jota le escribió esa canción a Florent, blablá; que ocho mujeres que tocan, escriben y promueven dicen que hay machismo en el indie, ni mu. O, por nombrar el ejemplo que está justo debajo: que Mishima piensen que la representación de la felicidad incluye a una mujer desnuda tirada en el patio de atrás, pues todo bien, ¿no?

 Esto dice Elena Cabrera en un post que escribió pensando en las preguntas que le hicimos:
Nos va a costar, porque sois nuestros amigos, nuestros jefes, nuestros hijos y nuestros amantes, pero nos hemos propuesto señalaros públicamente cuando escribís artículos de pop femenino; cuando una y otra vez vosotros sois los directores y nosotras las redactoras; cuando nos llamáis feminazis si planteamos cambiar el uso de la lengua; cuando os parece superfeminista un editorial de moda con chicas en braguita sin depilar; cuando aceptáis nuestras maternidades porque nos convierten en MILF y nuestro lesbianismo porque os da morbo; cuando decimos que es violencia el lenguaje machista paternalista, la precarización, dar la maternidad y los cuidados por supuesto sólo porque somos mujeres y a vosotros os parece que sólo es violencia cuando hay moratón; cuando aceptáis el feminismo siempre que se reduzca a un grupo o a una comisión pero no cuando decimos que la revolución será feminista o no será; porque eso es lo que hay que hacer con el patriarcado, señalarlo con fuerza hasta que se nos acalambre el dedo.
En esas estamos. Señalando. En esas llevamos mucho tiempo. En este blog, hace seis años, unas intuiciones sobre crítica cultural me descubrieron por primera vez lo nerviosa que se pone cierta gente con el tema. Yo era más joven y ahora pienso que podría explicarme mucho mejor, quien discrepaba entonces sigue pensando que "gáyer" es un adjetivo válido para definir ciertos sonidos electrónicos (1, 2 y 3; en GoMag parece que les gusta mucho, otra firma). Decía arriba que estoy cansada, pero en la mesa redonda para la que pensé aquello salió la idea de organizar un Ladyfest, y sigo enredada en estas cosas. Y voy conociendo a un montón de gente fantástica con la que, además de señalar, celebro la música feminista que ya existe y busco estrategias para mejorar la situación de las mujeres en la escena musical. No sé si mucha gente ha reparado, por cierto, en que el reportaje de marras va acompañado de una guía propositiva y de una playlist con ejemplos positivos.

No hay debate si nadie se mueve de su sitio

No se trata de que estemos de acuerdo en todo. Pero vamos a pensarnos, a debatirnos, a hablarnos. Tenemos paciencia, llevamos miles de años de patriarcado y sabemos que no lo vamos a cambiar en lo que se tarda en escribir un tuit. Venga, debatamos como hace Carolina Velasco planteando dudas o hizo antes José Rosales, o más gente razonable que hay por ahí que discute sin rebuznos. Y quienes estamos convencidas de nuestro feminismo, no nos quedemos en el "se ve que estamos tocando donde duele y por eso ladran". Porque ya no nos vale con provocar ladridos, tenemos que modificar también en parte nuestras actitudes, ser más y más listas.

Yo de los fallos y las críticas a este reportaje he aprendido algunas cosas sobre dónde hay que por el acento y profundizar, además de estrategias discursivas y enfoques, ¿qué habéis aprendido quienes lo habéis leído?

Molaría, por ejemplo, que contribuya a comprender que a veces está bien dejar por un rato el cinismo y utilizar todo ese ingenio humorístico para ridiculizar a la gente que hace de este mundo un lugar de mierda, en lugar de contra quienes intentan mejorarlo. Que, si tienes una mujer susceptible al lado, puede estar bien derrochar un poco de empatía y preguntarse por qué le molestan ciertas cosas, en lugar de seguir repitiendo "yo no soy machista así que ríete conmigo de la discriminación que dices sufrir tú". A algunas personas nos falta sentido del humor con los temas que nos afectan más personalmente, a otras os falta un poco de capacidad autocrítica, ¿os apetece que aprendamos a llevarnos bien?

Sé que suena duro, chavales, pero esto es trabajo de todos y todas. Es verdad que cuestionarse las identidades de género y la educación que hemos recibido y el contexto cultural en el que estamos duele un poco, pero al final te sientes mejor. Que a vosotros también os jode. Lo explica mejor que yo Lindy West por aquí:
Okay, men, your feelings are hurt. I get it. (…) But here’s the thing. It’s not that your life has been easy, per se, it’s just that certain hardships have been absent—hardships that affect other groups in ways that are most likely invisible to you. You’re not personally being blamed for anything, nor is anyone asking you to abandon your own interests and concerns. You’re simply being asked to acknowledge and help dismantle a system that is rigged in your favor, because it’s the right thing to do. Opportunity is not a limited resource—other people having stuff does not mean you don’t get to have stuff. It’ll be okay. In fact, it’ll be better. (…) Women have the right to complain because we’ve fucking earned it. And we’re kind of busy here, working on a project called “equality.” Let me know when you’re done flipping out over losing 1% of your privilege. We could use your help.
Por favor, no perdáis más tiempo rebatiéndonos y escribid esos maravillosos artículos que denuncian el machismo en la escena indie expañola de forma más acertada. O pasadnos los que ya estén escritos para que los difundamos. Por favor, hiladlo mejor. Por favor, no os volváis a quedar en silencio u obviando el tema hasta la próxima vez que salga otro artículo superficial y simplista para decir "yo no soy machista pero ese artículo está mal". Venga, vamos a trabajar en esto juntos y juntas. Unid vuestros dedos a los nuestros para repartir el acalambramiento. No nos digáis, como Rockdelux, que no tenéis tiempo.